Un paso en falso.
Esperé que lo esperado no volviera a ocurrir. Quizás es que había inflado demasiado las más dramáticas situaciones, y me encontré con que todo era tan sencillo que se volvía vacío y frío. Dónde hubo risas sólo había timidez y cortesía. Dónde hubo fuego no hubo pasión, simplemente sexo y desahogo. Dónde hubieron caricias y besos hubo algo que aún no sé lo que es. Luego queda lo de después. Podría describir muchos "despueses", tantos como personas he conocido y tantos habrán como personas no he conocido. Diferentes dirás, son todos los "después", pero a mí me parecen todos iguales, o al menos el resultado me lo parece. Sólo hay silencio. Y heme aquí otra vez preguntándome por los estúpidos silencios. Ya los empiezo a escuchar, los silencios ya no "no suenan", sino que cada vez me dicen más lo mismo, "aléjate". Cuando existen silencios es porque quiere que no exista nada, y creo que empiezo a ser adicta a los silencios, aunque me niego a que ése se