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Mostrando entradas de marzo, 2013

El artista del Alambre.

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Hace tiempo que vengo simplificando mi vida, que en vez de con personas la quiero llenar con música y letras. A veces le tengo miedo a escribir, no sé qué pueda confesarme. A veces le tengo miedo a cantar, por si me encuentro muy a gusto y sin ganas de hacer nada más. Pierdo mucho el tiempo. Estoy experimentando el placer de dejar ser a todos los demás y dejarme ser a mi misma en presencia de los demás. Nunca fui esclava de los químicos sino de mi misma y hoy lo soy más que nunca a esa sensación de que no habrá más un fin del mundo, una fecha de caducidad, una muerte anunciada, un fracaso absoluto, un intento fallido, una hipótesis mal formulada, una estadística que no arroje datos. Hoy he venido a escribir a Valentino y es verdad que tengo esa sensación en la nariz de cuando tienes ganas de llorar, pero no por nada en especial. He tomado un café con leche y un dulce, (lo confieso). He escuchado la música de un guitarrista maravilloso que me ha enviado sus temas para que los escuche.

Chao

Despídeme de tu silencio, de las muecas de hastío, de las paredes ensangrentadas. Entiendo que me halagas, que la elección aunque una daga pueda ser una rosa, y que aunque tenga espinas prefiero quedarme con su parte más sedosa, y arrancarla de la tierra que la aviva, aunque muera ensangrentada por sí misma. De la cuna no conociste su manto, del hogar sólo su espanto, del amor sus maltratos. De los gatos que te rondan cómo hacer canutos, del mar que tú eres más insulso, de mi amor mis reiterados indultos. Despídeme de tu ser más indigente, de la soledad errante que salvé por un instante, Del hijo non nato que me soñaste, del viaje a Madrid que planeaste. De Rocío y de Iciar. Buscaré siempre el cerro más alto para llorarte cuando te vea y no queden más sentimientos que los puramente físicos, cuando por no gritarte “desgraciado” , me enfermo y somatizo. Buscaré palabras de consuelo que vengan de otra parte cuando las mías no lo logren. Y daré gracias a Judas Tadeo por sus interminables

Impulsos

Impulsos. Decía Iván Ferreiro en el concierto de anoche en La Laguna, que hay momentos de miserias en la vida de una persona que son inevitables y que siempre se vuelven a repetir. Sobre todo en las relaciones surgen momentos de miserias, y decía que era justo en el momento en el que ambos están de mierda hasta el cuello y que ya es imposible echarle la culpa al otro. Cuando nadie puede tirar la primera piedra. Vuelvo a escribir después de mucho tiempo. Han pasado muchas cosas en mi vida, salubres e insalubres. Podría dar nombres, fechas, contar sucesos, soy muy buena para todo éso, tengo muy buena memoria, y no sólo para lo que me interesa, me río a veces sola al recordar las veces que he quedado en ridículo y la he cagado notablemente. En mi última entrada del blog hablaba del rock y del jazz y de dos personas que eran incompatibles aunque apasionadas. La música no es así, aunque hayan géneros diferentes se pueden fusionar y surgir de ahí algo fascinante, emocionante, raro tal ve