La Cara Menos Oculta de la Luna

Suele mostrar luz la cara menos oculta de la fortuna. La lógica aplastante siesta y las incongruencias convergen y se convierten en detalles curiosos que nos aguapan delante de los focos. Cuando la luz se nos arroja y nos deja ciegos, y lo sabemos, que no vemos, pero volamos cual compañero de dibujos, a una muerte segura cerca del sol, a una muerte anunciada cerca de esa luz brillante que emerge de la nada. A morir por amores que sólo son amores propios. Hay disfraces de hombres en cuerpos de mujer, niños que no nacen de vientres ofrecidos a hombres que repelen el milagro de la vida, por miedo a morir de amor por sus no natos. Hay dulzura que se escapa de los labios más carnosos, adornados por rojos carmines putoneros. Hay mujeres que lloran para sus adentros la belleza de la vida, que no saben vestir por no ir a juego con el hombre al que aman. Hay hombres que visten formas apaisadas. Entre nos, te digo que ya no hay alianzas, que los escudos están más forjados y fijos que nunca, que las guerras se libran constantemente, en la cama y por fuera, y en el peor de los casos delante de la gente. Los amores de guardar ya no se profesan, que si esto es mío, que si lo otro es tuyo. El amor se divide y finalmente cada uno con el suyo, cada uno por su lado.

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