Lo sabía


Sé que me vas a dejar rota. Sé que esto no es más que un paréntesis más. Sé que estás bebiendo solo lo que te da la gana cuando te acusa un poquito de sed. Sé que sabes que pienso en todo esto cuando te miro, y sé que sabes que me dejarás rota y que lo piensas cuando me miras mientras me acaricias la cara y el pelo como si no hubiera un mañana.
Sé que llegará el momento en el que nos despertemos un día y ya haya pasado mucho tiempo desde que no nos veamos y no nos hablemos, desde que ya estemos a muchos kilómetros el uno de otro.
Sabes que yo no soy de esas, de esas mujeres malas que no te merecen, y sabes que aunque sepas que soy de las buenas no me quieres, porque a ti te gusta el veneno, porque tu eres veneno.
Me confundes a cada paso. Yo no puedo permitirme caer, tengo las rodillas tan destrozadas de caerme tantas veces. Lloro, y ya lloro delante de ti, en tus brazos y eso sólo significa una cosa, y lo sabes...
Sé que no hay nada del amor que me puedas enseñar y yo pueda enseñarte. El amor ya no tiene ningún misterio para nosotros, lo hemos vivido los dos, cada uno por su lado, saboreado y perdido. Tal vez sea por eso, que a cada paso que parece que damos, nos alejemos al darnos cuenta.
Sé que le tememos al amor, al amor que sabemos lo grande que puede llegar a ser y todo lo que puede llegar a doler. A este viejo conocido que sabemos que nos puede dar tantas cosas, yo no soy capaz de verlo en tus ojos cuando me miras, y eso me aleja, me hace huir antes de que me hundas y no quede ni mi voz para poder llamarte cuando más te necesite.
¿Por qué lo haces? ¿Por qué juegas con el amor que tengo para darte? ¿Por qué viniste aquí herido buscando alguien que lamiera tus heridas? porque heriste a alguien y querías sentir que eras lo más grande para otra persona, tal vez.
No quiero ni decirte adiós. Quiero guardar el silencio para ver si te dice algo y luego tu me dices.
No quiero ni decirte adiós porque no soy honesta conmigo misma, porque sé que volveré contigo por el "por si acaso".
No quiero ni decirte adiós porque, no sé por qué, todavía sigo siendo de las que, a pesar de tener un muro delante, corren a 240 km por hora y sin frenos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La palabra es sanadora.

Sólo una confesión.